top of page
  • Foto del escritorLucero Admin

Presbicia o vista cansada

Afecta a más del 90% de los mayores de 45 años.

Corregible con 3 opciones: gafas, lentillas o cirugía.


¿Qué es la presbicia?

La presbicia o vista cansada es un defecto refractivo que se debe a la pérdida de elasticidad del cristalino, la lente natural del ojo que permite enfocar las imágenes a diferentes distancias. Esta disminución de su capacidad de acomodación provoca dificultades para ver de cerca con nitidez.

Se trata de un proceso de degeneración natural del ojo que se manifiesta generalmente a partir de los 40-45 años.


¿Por qué se produce?

Para poder enfocar los objetos cercanos, el cristalino varía su forma y, con ello, su potencia óptica. Podría decirse que es como el "zoom" de una cámara fotográfica.

En personas jóvenes, es muy flexible. Sin embargo, con el paso de los años, el cristalino se va volviendo más rígido y se reduce de forma progresiva su capacidad de contracción (acomodación), dando lugar a la presbicia.

Por tanto, la vista cansada –igual que la catarata (pérdida de transparencia del cristalino)–, se produce por el envejecimiento de esta estructura indispensable para una visión nítida.




¿Cómo se puede prevenir?

La presbicia no se puede prevenir porque está ligada al proceso degenerativo del ojo, que, igual que otras partes de nuestro organismo, evoluciona con la edad.

Es un defecto refractivo que, a partir de cierto momento todos padecemos y que, de hecho, afecta a más del 90 % de los mayores de 45 años.

Por ello, es importante revisar la visión de forma periódica (controles anuales) especialmente a partir de la cuarta década, cuando suelen aparecer los síntomas habituales de la vista cansada y empiezan a gestarse otras enfermedades oculares propias de la madurez.


* SINTOMAS:

Algunos de los síntomas característicos que se asocian a este defecto refractivo son:


-Dificultad para enfocar los objetos a poca distancia (menos de 1 m). -Necesidad de alejar el libro, el móvil etc. para poder ver mejor. -Sensación de que las letras de un texto “bailan” o están borrosas. -Dolor de cabeza al fijar la vista en la lectura durante mucho tiempo. -Fatiga ocular (enrojecimiento, ojo seco, escozor, sensación de arenilla, lagrimeo…) en tareas prolongadas de visión cercana, sobre todo al final del día o en condiciones de poca iluminación.

A medida que progresa la presbicia, su impacto en el día a día suele intensificarse, aunque, en ocasiones, se trata de un proceso “intermitente”. Tras los primeros síntomas, algunos  pacientes parecen mejorar y recuperar su capacidad de enfoque para volver a empeorar después.


* TRATAMIENTOS:


Aunque la presbicia no se cura, hay varios métodos que, al igual que con otros defectos refractivos (hipermetropía, miopía, astigmatismo), ayudan a paliar la dificultad de enfoque.


Corrección óptica

Las gafas son el método más habitual, pudiendo utilizarse diferentes tipos de cristales según las necesidades visuales de cada paciente. Es habitual que, entre los 40 y 60 años de edad, normalmente, se requiera el cambio habitual de graduación debido a la evolución de la vista cansada.


Tipos de gafas

- Monofocales: solo pretenden mejorar la visión de cerca y suelen utilizarse inicialmente para realizar tareas puntuales de precisión, como leer o coser.

- Bifocales: combinan la visión de lejos (zona superior de la lente) y de cerca (zona inferior).

- Ocupacionales: en este caso, la parte de arriba del cristal sirve para la visión a distancias intermedias y la parte de abajo para distancias próximas. Están especialmente indicadas para personas que pasan muchas horas delante del ordenador.

- Progresivas: cambian progresivamente la graduación para corregir tanto la visión cercana, como intermedia y lejana.

Como alternativa, también pueden utilizarse lentes de contacto, que deben adaptarse de forma individualizada en cada paciente.


Corrección quirúrgica

En la actualidad, el avance en cirugía refractiva permite corregir la presbicia para reducir la dependencia de gafas o lentillas en muchos pacientes.

Estos son las principales técnicas que se utilizan:

Cirugía láser: consiste en moldear la córnea para modificar su asfericidad (curvatura) y aumentar la profundidad de foco, compensando así la pérdida de acomodación del cristalino.

Implante de lentes intracorneales: no tienen poder óptico (es decir, no modifican las dioptrías) pero, igual que el láser, combaten la dificultad para enfocar en la visión cercana incidiendo en la curvatura corneal. Estas lentes se colocan centradas en la córnea y pueden extraerse con facilidad sin alterar las estructuras oculares, por lo que se trata de un procedimiento reversible.

Implante de lentes intraoculares: consiste en sustituir el cristalino por una lente pseudofáquica (ya sea monofocal o multifocal) que, a partir de cierta edad, cumple su función de manera más efectiva. Es el mismo procedimiento que se utiliza en la cirugía de catarata.




6 visualizaciones0 comentarios
bottom of page