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Por qué hay que seguir llevando gafas de sol cuando está nublado...

Y otros ocho hábitos que debemos poner en práctica para cuidar nuestra visión.

1.- Desde que nos despertamos hasta que nos dormimos, los ojos funcionan a pleno rendimiento. A pesar de la importancia que tienen en el día a día, su buena salud no suele ser una de nuestras prioridades. Un error que puede pasar factura a lo largo de los años.

Según un informe publicado el pasado año en la prestigiosa revista The Lancet, unos 253 millones de personas sufren discapacidad visual, de ellos, 36 millones sufren ceguera y 217 millones, discapacidad visual de moderada a grave. Pero más del 80% de estos casos podrían evitarse (prevenirse o curarse), afirma la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera. Para ello, basta con seguir unos sencillos consejos.


2.- Usar lágrimas artificiales para evitar el síndrome del ojo seco.

Los ambientes resecos de los lugares de trabajo, el aire acondicionado, la calefacción y el uso —una vez más— de ordenadores, tabletas y móviles pueden causar síndrome del ojo seco, aclara , Mar González Manrique, jefa del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Móstoles: "A menor parpadeo, menor lubricación de los ojos y mayor sensación de fatiga ocular".

Este problema, que es la principal causa de consulta oftalmológicael 30% de las personas acuden por esto, según este informe del Ministerio de Sanidad—, se caracteriza por sensación de picor y arenilla, dificultad para abrir los ojos por las mañanas, visión borrosa, lagrimeo, fotocopia, ojo rojo e incluso dolor. Y puede suponer un empeoramiento en la calidad del vida de quien lo sufre.

Aunque "no hay un tratamiento curativo para estos síntomas que supere a una buena prevención", asegura María Capote, responsable de la unidad de retina y vítreo de Cliniláser , "el uso de lágrimas artificiales permite mantener la superficie ocular protegida y reduce el riesgo de queratitis (inflamación de la córnea) u otros signos de ojo seco". Y algo aún más básico: "Es bueno recordar que se debe parpadear con frecuencia cuando se usan estos dispositivos", asevera la oftalmóloga del Hospital de Móstoles.


3.- Leer con luz natural.

No todas las luces sirven para todas las actividades. Así, por ejemplo, "para leer o estudiar lo ideal es que la luz sea natural o en su defecto la de lámparas que la simulen", aclara González Manrique. Además, es aconsejable que la luz se proyecte en el papel sin que se produzcan sombras ni reflejos que dificulten la visión.

Para usar ordenadores, tabletas y móviles, las expertas recomiendan los ambientes con iluminación intermedia: ni luz excesiva que produzca reflejos desagradables ni oscuridad porque se pueden dilatar las pupilas, producirse deslumbramientos y dificultad para enfocar”, añade González Manrique. Usar los móviles en lugares oscuros puede incluso llegar a desencadenar una ceguera temporal, según las conclusiones de una investigación publicada en el New England Journal of Medicine.


4.- No fumar ni beber alcohol.

Que beber alcohol y fumar daña nuestra salud no es novedad. Estos malos hábitos también dañan nuestros ojos: "El tabaco es un factor de riesgo para el desarrollo de catarata, degeneración macular y neuropatía óptica", explica González Manrique y añade que su combinación con el alcohol "aumenta los riesgos". De hecho, según un estudio publicado en el Periódico Británico de Oftalmología, las posibilidades de desarrollar degeneración macular son el doble en las personas que fuman que en aquellas que no lo hacen.


5.- Descansar del ordenador cada 20 minutos.

El uso de ordenadores, móviles y tabletas es uno de los factores relacionados con el aumento de la prevalencia de la miopía. En España, este problema afecta a seis de cada 10 jóvenes de entre 17 y 27. Pero dejar de usar estos dispositivos no es una opción para la mayor parte de personas, aunque sí es posible descansar. Y sobre todo es necesario, si nuestro trabajo implica estar delante de una pantalla todo el día.

Debemos acostumbrarnos a practicar un hábito tan sencillo como la regla 20-20-20, explica Capote: "Consiste en dejar de mirar la pantalla cada 20 minutos, para enfocar durante 20 segundos a un objeto que se encuentre a 20 pies (seis metros aproximadamente). Así, relajaremos la acomodación del ojo, aumentaremos el parpadeo y se reducirán los síntomas del esfuerzo ocular". Esta medida es aplicable tanto para los adultos como para los niños.

Además de estos segundos de descanso, González Manrique también recomienda llevar a cabo actividades al aire libre: la exposición a la luz solar, junto con el uso de gotas de atropina, son las únicas formas de frenar la progresión de la miopía, explicó a BuenaVida Manuel Díaz, catedrático de Oftalmología en la Universidad de Valencia y presidente de la Sociedad Española de Miopía.


6.- Usar gafas de sol todo el año, incluso los días nublados.

Aunque la exposición a la luz solar sea una de las pocas formas de frenar la progresión de la miopía, también puede acarrear problemas para la vista. "La radiación ultravioleta puede afectar a la córnea y la capa conjuntiva, provocando queratitis (inflamación de la córnea) y conjuntivitis: ojos rojos, visión borrosa y dolor", indica Capote y añade que "tiene un efecto acumulativo en nuestro cristalino y nuestra retina, siendo un factor de riesgo para desarrollar cataratas y envejecimiento prematuro de los fotorreceptores, es decir, las neuronas de la retina que convierten la luz en señales para nuestro cerebro". También estudios recientes mencionan que cada hora de sol implica un aumento de un 4% del riesgo de desarrollar alteraciones en la estructura del cristalino.

Por esto, igual que nos hemos concienciado de la importancia de cuidar nuestra piel, debemos proteger nuestros ojos de la exposición al sol. Y hacerlo es tan sencillo como llevar gafas con filtros. No solo vale con usarlas mientras el astro brille y sea verano, también hay que ponérselas en las demás estaciones del año y no olvidarlas aquellos días nublados o lluviosos. Y tampoco vale cualquier gafa, alerta González Manrique, quien recomienda "aquellas que filtren el 100% de la radiación UVA y UVB".

En cuanto a su uso en lugares de interior iluminados de forma artificial, no es necesario, aclara Capote: "Las gafas de sol llevan filtros especiales y de diferente intensidad para protegernos de los rayos ultravioletas, con lo cual no tienen un efecto frente a otras luces". Salvo que, indica, la persona sufra fotofobia y esté más cómoda con ellas puestas.


7.- Comer sano.

Además de evitar sustancias tóxicas, "hay que consumir antioxidantes, como la vitaminas C, E, A, la luteína o carotenos, que actúan sobre los radicales libres retrasando el proceso de oxidación de lípidos, proteínas y ADN", indica Capote. Es decir, es una forma de retrasar el envejecimiento y la degeneración macular o las cataratas. Esta experta recuerda que la dieta mediterránea es rica en muchos de los alimentos que nos aportan los nutrientes necesarios para conservar todas las estructuras del ojo.


8.- Visitar al oftalmólogo una vez al año.

"La mejor forma de prevenir el daño ocular es, sin duda, el diagnóstico precoz", afirma Capote. Para ello, es indispensable visitar al oftalmólogo, porque —continúa esta experta— "no solo hay que pensar en los problemas de graduación, hay enfermedades muy graves como el glaucoma (una elevación de la presión intraocular hasta un nivel que produce un daño del nervio óptico) o la degeneración macular (una enfermedad degenerativa y crónica de la retina) que pasan desapercibidas y con un diagnóstico a tiempo pueden ser tratadas con los mejores resultados".

Lo que recomiendan ambas expertas es acudir al oftalmólogo una vez al año. Sobre todo si existen antecedentes familiares de enfermedades oculares, enfermedades sistémicas como la diabetes mellitus o la hipertensión o altas graduaciones.

Debemos acostumbrarnos a ir desde niños: "La primera visita debe ser entre los dos y tres años", indica Capote y añade que a los niños es necesario llevarlos cuando tienen problemas para ver la pizarra o dolores de cabeza en el colegio.


9.- Protegerlos con gafas o máscaras cuando vayamos a hacer bricolaje.

Un porcentaje importante de las urgencias que se atienden en el servicio de oftalmología de un hospital se debe a accidentes o traumatismos oculares. En muchos casos se trata de accidentes laborales, pero también pueden ocurrir cuando hacemos de manitas en casa o cuando practicamos deportes que puedan suponer un riesgo para nuestros ojos, indica la oftalmóloga del Hospital de Móstoles: "Por eso es importante protegerlos mediante las gafas y máscaras adecuadas y cumplir al pie de la letra las normas de seguridad propias de cada actividad".

En caso de vernos en la situación de que se meta un cuerpo extraño en el ojo, "es fundamental no frotarse los ojos y esperar a que la propia lágrima consiga expulsarlo. Si esto no ocurre, hay que acudir a un servicio de urgencias para solicitar atención médica adecuada", explica González Manrique y añade que "si lo que entra en el ojo es una sustancia química, debe hacerse un lavado con agua muy abundante durante varios minutos para intentar eliminar todos los restos del producto. Posteriormente la persona debe ser valorada por un oftalmólogo".


 
 

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